Pequeño bar muy personal, en un sitio muy céntrico, junto a la Plaza de Aragón, regentado por las hermanas Escuer, Mayte al frente de los fogones y Pilu en la barra, que lo abrieron en 2017. Ambientación muy natural y muy sencilla, pero con encanto, el encanto y la simpatía que trasmiten estas dos señoras.
La cocinera es puramente vocacional y muy intuitiva, hace lo que le gusta y como le gusta. Esta es su tortilla. Muy particular, muy limpia, muy delicada, en la que predomina nítidamente la patata, confitada en aceite de girasol, impregnada comedidamente de huevo. Muy cremosa, mantecosa, lubricada con aceite, con la jugosidad que aporta la cebolla, así como un leve dulzor… patata y cebolla se funden en boca, por una cocción suave y larga de algo más de media hora, sin que tomen el más mínimo color. Inmaculada en presencia, textura y gusto. Sutil en todas sus expresiones.
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