En esta cafetería y heladería no servían alcohol hasta el 2022: haciendo hecho a partir de esta fecha la excepción con la cerveza. Por tanto, cerveza, café, refrescos y agua han de acompañar a su multitudinaria tortilla, de la que venden diariamente centenares de pinchos. Dada su fama: haber triunfado en dos ocasiones en el Concurso de Tortillas de Navarra (2018 y 2020). Dada su bondad: suculenta y fácil. Y dada su ubicación: una plaza muy bonita, frente a la iglesia de San Nicolás, en la Parte Vieja de Pamplona, a 1 minuto andando de la Plaza del Castillo.
Tortilla que no tiene nada en especial. Es muy resultona, gratificante. Le falta un poco de definición, predomina la cremosidad, la patata confitada en aceite de oliva, la uniformidad, sin que se haga notar el huevo; no deja de estar por ello jugosa. Insistimos, un tanto patatera, con una insinuación de dulzor, derivado de la cebolla, y muy sabrosa, por el aceite y el punto de sal. Gourmand, reconfortante. Cumple plenamente las expectativas sin pretensiones.
Jorge Elizalde.
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