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Javier Oteros lleva toda su vida dedicada a hacer tortillas de patatas, del amanecer al anochecer, una cada 10 minutos. Artesanía que rubrica personalmente una a una, delante de los clientes, ante sus ojos. Un bar, junto al mercado de San Andrés, especializado en la materia. Y eso lo sabe toda A Coruña, que desfila dada su andadura y fama, buscando su afamado pincho. Hubo una ocasión, en fiestas, que en 2 días y medio confeccionó la friolera de 210 piezas.

¿Qué tiene la tortilla de Pontejos? Valga la metáfora: nos encontramos ante “UN PURÉ DE PATATAS CHAFADO ENRIQUECIDO EXUBERANTEMENTE CON HUEVO, QUE LUCE UN IRRESISTIBLE COLOR ANARANJADO, DE YEMA”. Cada tortilla lleva 2 kilos de patatas y 16 huevos, que se dejan notar para bien. La patata se confita en aceite de oliva, aparece en trocitos pequeños, embebida, muy embebida en el huevo y un punto untuosa. CREMOSIDAD A TOPE Y YEMOSIDAD A TOPE. Como todas las tortillas coruñesas: sin cebolla. Y la patata muy chafada, rota a varillazos. Remarcamos, “un riquísimo puré de patatas rotas de color azafrán con una fina oblea y forma de tortilla”. Muy suculenta. MUY CREMOSA. Muy genuina. Muy particular. Muy honesta. Y MUY GRATIFICANTE. Y con el aliciente, de que la ves montar, ya que el fogón están en medio del bar.

Y si te gusta hablar con el cocinero y patrón, tendrá una afable conversación.