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UNA TORTILLA CAMPEONA.
Si en Betanzos establecieramos dos escuelas, la alta y la popular, LA TORTILLA DE PEPA MIRANDA REPRESENTA LA TRADICIÓN GUISANDERA LLEVADA A SU CENIT, CULTURIZADA Y REFINADA HASTA EL INFINITO. Heredera de los orígenes de su familia, GENTES DE ALDEA, que vivían a 10 kilómetros. Campesinos humildes que llegaban a vender los productos en el mercado local. Hasta que en 1975 Francisco y María abrieron un bar, en el actual local. Compaginaban ambas tareas: caserío y hostelería. Y aprovechaban los huevos que sobraban de la venta en la Feria para hacer tortillas, que compaginaban con callos y lacón. En ese ambiente sencillo, sobrio, austero, de esfuerzo y sacrificio, se cría PEPA MIRANDA; UNA MUJER HECHA A SÍ MISMA, UNA TRIUNFADORA A LA QUE LA VIDA NO LE HA REGALADO LA CELEBRIDAD. De joven entra a ayudar en el bar, sin saber freír un huevo. Se va forjando en el día a día. Aprende, escucha, contrasta. Saca a relucir su instinto, su intuición, su buen gusto innato, su raza guisandera…que emocionan en el plato, porque transmiten sensibilidad y ahítan de satisfacción. Poco a poco va evolucionando, perfeccionándola, afinándola y haciéndola más jugosa., configurando su ser actual. ESO ES LO QUE HA LLEVADO A ESTA MUJER A VENCER 5 VECES EN EL CONCURSO DE SU PUEBLO. Se siente orgullosa de ella, como de su bacalao frito. Es una campeona…IRRADIA ESPÍRITU DE SUPERACIÓN.
Lleva décadas haciendo tortillas y no se cansa, las rubrica personalmente todas cuanto se sirven en las 4 mesas ubicadas frente a la barra y las 5 del comedor, situadas en el sótano. Y no son pocas: pues semanalmente utiliza de media 200 kilos de patatas y 2.400 huevos. ARTESANIA EXHAUSTIVA. “Y MÁS DE UNA VEZ SE QUEDAN EN LA COCINA; CONTADAS. NO ME PERMITO QUE EL CLIENTE PUEDA SALIR DECEPCIONADO”, apostilla.
Cada pieza para 4 raciones lleva 5 patatas medianas, preferentemente Kennebec de los alrededores, que se encarga de seleccionar su proveedor (Frutería José Manuel) y ella de refrendar; 11 huevos camperos seleccionados escrupulosamente; aceite de oliva virgen Abril y sal. SU PASIÓN POR EL PRODUCTO NACE DE LA CUNA…DE UNA FAMILIA QUE HA VIVIDO DE ÉL.
Pela y corta las patatas en láminas hermosas.
Pone una sartén con abundante aceite de oliva Abril a fuego intenso, muy vivo. Bien caliente, a 180 grados, echa las patatas, las sala y las revuelve con una espumadera. Deja freír, jugando con más o menos intensidad, siempre borboteando entre 12 y 15 minutos. Revuelve con la espumadera cuatro o cinco veces, para que queden sueltas e igual de doradas. Rubias doradas, pero no tostadas ni crujientes. Fritas.
Echa los 11 huevos a un bol. Punto de sal. Bate con un tenedor hasta que se diluyan uniformemente, sin llegar a espumar.
Con dos espumaderas las va sacando directamente de la sartén -fritas doradas- al bol con los huevos batidos; escurriéndolas sobre la sartén. Así todas ellas. Acabado, las mezcla y las tiene 30 segundos, removiendo con delicadeza.
Pone un sartén a fuego medio con un hilo de aceite. Caliente, pero sin exceso, echa el contenido del bol. Tiene unos treinta o cuarenta segundos. Da vuelta, vuelve a echar a la sartén, colocada a fuego medio, y tiene otros treinta segundos. Mas o menos, según vea y palpe la tortilla. En cuestión de ojo, de saber hacer.
PROBAR ESTA TORTILLA ES, ADEMÁS DE DISFRUTAR DE UN MANJAR, UN RECONOCIMIENTO A UNA VIVA DEDICADA A ELLA. 63 AÑOS Y MIRANDO CON OPTIMISMO AL FUTURO. ¡QUÉ FUERZA! ¡QUÉ TESÓN! ¡QUE COMPETIVIDAD! ¡QUÉ SENSIBILIDAD!
INEXCUSABLE Y PLACENTERA OBLIGACIÓN, EN LA CUMBRE DE LAS TORTILLAS DE PATATAS.
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